martes, 7 de agosto de 2018

Mi apá

Mi papá me enseñó a pescar, a cazar, a dormir en el monte, a limpiar pescado, a manejar, a nadar, a jugar y amar el beisbol, a disfrutar del té y las películas mudas. Nos emocionamos con Valenzuela y me pasó su sangre azul. Me enseñó que los tiburones son mansitos y que el botete si sabes cortarlo no hay problema para comerlo. Con él comí: machaca, venado, caguama, almejas, sandía, higos y pan de Cachanía. Él me sacó las espinas del talón  con su navaja cuando pisé un erizo, y me iba a ver jugar beisbol y basket sin importarle si ganaba o perdía.

Viajamos juntos y conocí sus amigos y sus historias. Llegamos a ranchitos de desconocidos a tomar café y compartir el pan de Cachanía. Subí y bajé su lancha del carro decenas de veces. Madrugamos para pescar y le cambié las llantas y el aceite a su carro. Le perdí sus herramientas y lo acompañé de madrugada a tomar café en el mercado de Cachanía.Visitamos a Doña Chuy y mi madrina China. Comimos pay de manzana y su receta secreta de carne en salsa verde que solo preparaba para los viajes.

Me gritó mucho y me quiso mucho.

Pedro Cervantes en La Isla