lunes, 17 de diciembre de 2018

El camino a las 185

Ayer cumplí mi primer mes de dieta, la primera meta era llegar a las 205 lbs y lo logré, la siguiente meta es llegar a las 185 lbs para el 15 de diciembre, hoy es 15 de agosto así que tengo que bajar 5 libras por mes para llegar, lo cual se siente perfectamente alcanzable.

Llevo años entrenando artes marciales y sin embargo empecé este año pesando 222 libras, es decir, estaba bien gordo. ¿Y por qué estaba tan gordo?, pues por harto, ¿por qué va a ser? Galletas, conchitas, tortillas de harina, chocolates y un largo etcétera formaban parte de mi dieta diaria. La primera llamada de atención fuerte fue una foto con unos amigos, podré tratar de adornarlo todo lo que quiera pero la verdad es que estaba tan gordo que parece que voy a tener perritos.
Mario, Celia y yo
De esta foto ya hace un año, quiero pensar que ya no estoy así, pero me voy a guardar la foto del después para cuando haya logrado mi meta.

La segunda llamada de atención fue otra foto, ahora arriba de un cerro, un día que fui a caminar con mi compa Chema Ruiz. Ese día caminamos mucho, tal vez unos 16 kilómetros y no terminé agotado, es decir, la condición física estaba ahí, pero fue muy claro que andaba cargando de perdida más de 20 kilos de sobrepeso.  Y por primera vez en mi vida empecé a considerar seriamente ponerme a dieta. El ejercicio ya no es suficiente para mantener mi ritmo de tragar tanta engordadera. Y ustedes podrán decirme el rollo de que tienes que aceptar tu cuerpo como es y quererte a ti mismo y todo eso. Y lo único que puedo replicar es que tengo ganas de estar más delgado y punto, no pienso hacer un tratado filosófico para encontrar mis motivaciones, así es y como dijo el poeta, ya, se chingó.

En la meseta
El principal problema que encontraba con el asunto de la dieta es mi estilo de vida, por lo regular me levanto tarde, con el tiempo muy limitado para irme a trabajar, a mediodía como en la calle y llego tarde a la casa después de entrenar, sin mucho tiempo para ponerme creativo con la cena. Así que el asunto este de contar calorías y prepararme comidas especiales se me hacía demasiado complejo. Anduve días pensando en ir con una nutrióloga pero antes de que tomara la decisión una amiga me evangelizó en el asunto de la dieta de ayuno intermitente y me pareció algo que funcionaría bastante bien para mi situación.

No está en mi capacidad explicarles cómo funciona todo el asunto, la verdad es que no me volví en un evangelizador, para mí lo importante son las reglas básicas: No comes durante 16 horas, tienes una ventana de 8 horas para comer, le bajas a los carbohidratos y azúcares y dejas que la naturaleza haga su magia. Si quieren leer un poco sobre esto les dejo el link del único artículo que he leído sobre esto. Es decir, le entré por pura fe, sin mayor conocimiento del tema

https://evolve-mma.com/blog/4-surprising-benefits-of-intermittent-fasting/

Otra cosa que es importante notar son las excepciones que le hice a la dieta, no pensaran ustedes que iba a dejar de comer tortillas de harina, ¿o sí?, bueno, el caso es que me puse como límite 5 tortillas a la semana y también le bajé a las frutas dulces, pero mantuve la sandía sin restricciones. La sandía es un vínculo que tengo con mi apá y no estoy dispuesto a dejarlo. Papas y zanahoria como poco, igual arroz y frijoles, no los eliminé de mi dieta pero sí le bajé a su consumo.

Los primeros 3 días fueron realmente sencillos, el cuarto y quinto día sí lo resentí, un poco de mareos y debilidad, pero mi amiga me había dicho que eso sucedería en lo que mi cuerpo se acostumbraba al nuevo régimen, así que no me preocupé gran cosa. Después del sexto día empecé a recuperar la energía y para mi sorpresa al octavo día ya me sentía normal y había bajado 6 libras. ¡6 libras!, ahí fue cuando le agarré el amor a este asunto.

Agosto 22: Venciendo la curiosidad de pesarme. Sí me siento menos panzón.
Agosto 28: Sigo con la curiosidad de pesarme, probablemente lo haga mañana porque el jueves no estoy seguro de poder ir al gym. No me siento tan seguro de ir en buen camino a la próxima meta intermedia, 200 lbs para el 15 de septiembre. A ratos me siento muy bien y a ratos me desespero de que todavía estoy bien pinche gordo. Los últimos días ha estado fuerte el antojo de una galleta pero me he mantenido firme. Seguiremos reportando

Septiembre 13: A pesar de que le metí sus goles a la dieta llegué a la meta de 200 lbs. Apenitas pero lo logré. Siguiente meta, 195 libras el 15 de Octubre.
Septiembre 15: Con lo del grito y la pelea, le metí varios goles a la dieta. El lunes me pongo serio de nuevo.
Septiembre 21: Me puse un pantalón que tenía años que no me entraba. Nice!
Septiembre 23: Corrí fuerte ayer sábado y hoy domingo salí a pegarle al costal. Pero me pasé con un par de tortillas de harina en el conteo semanal. Muy mal, mi chavo. Pero siento que voy bien para la siguiente meta. En una semana toca pesaje.
Septiembre 28. En teoría no me tocaba pesarme hasta el lunes, pero aproveché la ida al gym en viernes y como me siento que avancé quería corroborar. Y sí, 196 lbs! 12 días antes de la meta del 15 de octubre. Saliendo pasé al 7-eleven por un agua mineral, y vi la fila de chocolates llamándome como sirenas a marino, y es que soy muy chocolatero y solo me he comido un chocolate en dos meses y medio, merezco abundancia me dije, pero al fin triunfó la fuerza de voluntad y solo compré mi agua.
Septiembre 29: Sí me merezco abundancia y me compré un chocolatito, es que decía 70% cacao y no pude resistirme.
Septiembre 30: Tenía planeado comprarme un short bien chingozote, pero luego pensé posponer la compra hasta diciembre para comprarlo de una talla más chica. Ahora aunque quiera, tuve que cambiar la computadora y me quedé piojito

Octubre 9: Fui a la fondita y no había comida corrida. Me tuve que comer unas enchiladas. Pos ya qué!
Octubre 10: Me estrené una camisa que me había comprado slim fit por error. No la quise cambiar porque me gustó mucho y pensé que algún día bajaría de peso para poderla usar. Hoy fue ese día. Duró un poco más de un año para estrenarse. Le metí gol a la dieta con una rebanada de pastel, pero solo una y no muy grande.
Octubre 11: Terminé el día muy cansado y me dije merezco abundancia y me comí dos tamales. Sorry but no sorry.
Octubre 15: Día de pesaje, como sentía que venía muy bien le metía más goles de los que debía a la dieta y apenitas de las 195 lbs. Ni modo, que me sirva de experiencia.
Octubre 28: El aumento al ejercicio se está notando. Tengo el abdomen duro como cuando estaba en la prepa.

Noviembre 2: Las tradiciones no tienen calorías. Pan de muerto!
Noviembre 6: No me fue mal en el pesaje, capaz que sí alcanzo la meta de 190 lbs para el 15
Noviembre 15: Fallamos en el pesaje gente, la báscula marcó inflexible 192.5 lbs. Vamos all in en diciembre a las 185
Noviembre 22: Ya le aumenté de nuevo al ritmo del ejercicio para recuperar el paso

Diciembre 5: Esto es muy difícil, con el frío y los antojitos ya recuperé algunas libras perdidas. No me he querido pesar pero al menos no he sentido que he engordado, solo que me estanqué.
Diciembre 15: Malas noticias gente, me enfermé de gripe y no he podido ir al gym y por lo tanto tampoco hubo pesaje final. La báscula se quedó en 192 lbs en el último pesaje. Ya empezó el break navideño de la dieta. Espero no esté muy fuerte el rebote. Tenía pensado subir una foto para hacer el antes/después, pero se las debo para cuando llegue a las 185.

Seguiremos informando






lunes, 10 de diciembre de 2018

La Princesa Panquecito

Era una hermosa tarde de otoño cuando la princesa Panquecito bajó del camión. Se acomodó el pelo y alegremente emprendió la marcha hacia su nuevo hogar. De equipaje solo llevaba su mochila, la mudanza llegaría el día siguiente, así no tenía gran cosa de que preocuparse y caminó tranquilamente hacia su casa, saludando sus nuevos vecinos y a los perros que ladraban a su paso.

Al cruzar la plaza se topó con el Duende Patas de Bolillo que iba a la tienda por leche que le había encargado Paulina la Hechicera.

- Hola, cómo te llamas? le preguntó el duende
- Soy Panquecito, respondió la princesa sonriente. ¿Tú eres un duende verdad?
- Sí, ¿cómo lo supiste?
- Es un truco que tengo, sé detectar a los seres mágicos
- Ah, pues yo soy el Duende Patas de Bolillo
- Mucho gusto Duende
- No te había visto por aquí
- Acabo de llegar, ahora voy a vivir aquí
- ¿Y qué vas a hacer?
- Voy a poner una panadería, cuando esté lista te voy a invitar unas galletitas con chispas de chocolate


Al oír esto, al duende se le paralizó el corazón y sin decir una palabra más, salió corriendo ante la mirada extrañada de la princesa Panquecito.

- ¡Don Beto, Don Beto!
- ¿Qué pasa Duende?, ¿por qué vienes tan agitado? 
- Es que acaba de llegar una muchacha al pueblo y dice que va a poner una panadería
- Qué bueno
- Pero Don Beto, ¡le va a hacer la competencia!
- No te preocupes, para todos sale el sol, anda, lávate las manos y ayúdame en vez de andar de preocupón
- No puedo Don Beto, le tengo que llevar leche a Paulina, pero al ratito vengo a ayudarle
- Anda ve, y llévale una conchita y una oreja a Paulina para que acompañe su leche, dile que le mando muchos saludos
- Voy y vuelvo Don Beto, dijo el duende y salió corriendo de nuevo

Al día siguiente nuestro duendecillo vio llegar el camión de la mudanza con las cosas de Panquecito, quien estaba atareada limpiando el patio de su nueva casa. Bajaron muchas cajas y muebles y al final, el horno y todos los enseres para la panadería. Como fueron muchas cosas los hombres de la mudanza quedaron muy cansados; Panquecito les invitó una jarra de limonada y se sentó con ellos en el patio a tomar limonada y descansar un poco.

El duende, que miraba todo esto desde la banqueta de enfrente tenía ganas de ir al mitote, pero creía que Don Beto podía sentirse traicionado si se volvía amigo de la princesa Panquecito. En ese momento la princesa lo vio y lo saludó con la mano. El duende, al verse descubierto de nuevo no atinó a hacer otra cosa que salir corriendo.

Pasaron los días y la panadería de Panquecito poco a poco iba tomando forma, primero pintó toda la casa, luego acondicionó el cuarto del horno, después convirtió un cuarto en una pequeña tienda para recibir a los clientes, además de unas mesas y sillas en el patio para que pudieran sentarse a comer y platicar tranquilamente, y por último colgó un gran letrero Panecitos y Galletas: abierto los jueves y a un lado otro más pequeño Mañana gran apertura, ven por una galleta gratis

Al día siguiente encontramos al duendecillo escondido espiando a ver quién entraba a la panadería de Panquecito, los vecinos pasaban por enfrente con curiosidad pero no se atrevían a entrar, les daba pena con Don Beto, que era una persona muy querida en el pueblo. Pasó una hora y ni un solo cliente había entrado a probar las galletas de Panquecito. El duende no sabía qué pensar, por un lado era amigo fiel de Don Beto, pero por otro el aroma de las galletas y los pays que le llegaba lo tenía hipnotizado. En eso, vio una figura conocida caminar por la acera de enfrente; era Don Beto, que sin dudarlo atravesó el patio y entró a la panadería. Pasaron unos minutos que al duende, curioso como era, le parecieron horas, y Don Beto y la princesa Panquecito salieron platicando y riéndose como si fueran amigos de toda la vida. Don Beto traía un par de tazas de café y la princesa un pequeño pay de manzana. Se sentaron a compartirlo en una mesa del patio y Don Beto gritó

- Duende, ven por una rebanada de pay, ¡está bien bueno!
- Don Beto, ¿Cómo sabe que el duende anda por aquí?
- ¡Ja! ya lo conocerás, él siempre anda metido en cuanto mitote hay en el pueblo

Y sí, tal y como Don Beto sospechaba, el duende salió corriendo de atrás de un árbol más que listo para comerse una generosa rebana de pay.

Con el paso de los meses la panadería de Panquecito empezó a tener más clientes; sus galletas, panquecitos y pays se volvieron famosos en el pueblo y Don Beto era de sus clientes más fieles. El duende también iba todos los jueves a ayudarle y salía con una bolsita de galletas que le llevaba a Paulina que también se había vuelto amiga de Panquecito.

Llegó diciembre y la navidad tenía de nuevo al duende en una encrucijada, siempre la pasaba con Paulina la hechicera pero en esta ocasión le preocupaba que Panquecito, siendo nueva en el pueblo, no tuviera con quien pasarla. Empezó su recorrido de nochebuena, primero fue a visitar a Issac y Natalia que estaban muy nerviosos pensando en qué les traería Santa Clos, luego, por no dejar fue a buscar a Chema el Viejo, pero no lo encontró; como siempre, había salido a ver a sus hijas. Astor y Lorenzo estaban muy ocupados preparando un nuevo truco para la función de año nuevo y no le hicieron mucho caso. Don Beto tenía visitas de familiares y también estaba muy atareado horneando el pavo y unos pasteles. Y así fue visitando a todos sus amigos con el plan de ir con Panquecito justo antes de ir con Paulina, tal vez la podría acompañar a cenar para que no estuviera sola. Pero cuando llegó con Panquecito se encontró con la casa cerrada y las luces apagadas. Se sentó en la entrada de la casa y se puso a pensar en dónde podría estar. Pasaron varios minutos y un grito lo trajo de vuelta a la realidad

- Canijo duende ¿todos los años va a ser lo mismo?
- ¡Paulina!
- Vámonos para la casa, ándale

   Al llegar a la casa de Paulina, grande fue la sorpresa del duende al encontrarse a Panquecito con el delantal puesto bien afanada preparando la cena

- Qué bueno que llegaron, pónganse calientitos, ahorita les preparo una taza de chocolate
- ¡Panquecito!, qué alegría que vas a pasar la navidad con nosotros. Paulina y ¿Lord Quesadilla va a venir? 
- No, no me tiene tan contenta ahorita, no lo invité
- Ni modo, dijo el duende aliviado, ya no le tenía tanto miedo a Lord Quesadilla pero lo seguía poniendo nervioso
- Ven a hacerte bolita conmigo dijo Paulina mientras le mostraba una cobijita. El duende prendió la tele, puso las caricaturas y se acurrucó en el regazo de Paulina, quien lo tapó con la cobija y se puso a hacerle piojito.

Desde la cocina Panquecito miraba la escena con ternura mientras servía el chocolate caliente y pellizcaba una de las galletas que había hecho Paulina. Esta será una feliz navidad se dijo mientras se sentaba con el Duende y Paulina a ver las caricaturas en lo que se horneaba el pavo.