viernes, 10 de febrero de 2012

Crónica de un amor que no fue

Eran mis tiempos de universitario. Iba manejando mi hondita accord por la ruiz entre quinta y sexta en una calurosa noche de verano cuando la vi al pasar. Ella venía manejando en dirección contraria a la mía y cuando nuestras miradas se encontraron se me quedó viendo, lo cual me extraño sobremanera ya que era una mujer preciosa y yo siempre he sido bastante feo.

No pensé que la volvería a ver, simplemente había sido un momento de suerte. Mis quince milisegundos de gloria. Sin embargo, dicen que cuando Dios no tiene nada que hacer ayuda a los pendejos y días después lo encontré desocupado.

Había estado jugando basketball en la canchita que está a un lado de vicerectoría y fui a la cafetería por algo para el antojo y poder subir al instituto a seguir estudiando. Como iba todo sudado primero entré al baño a lavarme y casi se me para el corazón al toparme frente a frente con ella al salir. Para mayor sorpresa me reconoció y nerviosos no atinamos a decir palabra; ella se fue a sentar con sus amigas y yo a hacer cola para comprar un torcido.

De cuando en cuando nos mirábamos disimuladamente y si nuestras miradas se encontraban rápidamente volteábamos para otro lado con la fútil intención de esconder el hecho de que nos estábamos examinando. Al fin pagué mi torcido y salí de la cafetería atropelladamente, no sin antes voltear por última vez, pero ella estaba viendo hacia otro lado.

Subí al instituto con el corazón a punto de salírseme del pecho y pensando cómo iba a hacer para hablarle. Años después simplemente me hubiera presentado, pero en esa época todavía tenía algo de timidez en el cuerpo.

No me tomó mucho tiempo saber que estudiaba informática y que se llamaba Laura P...... Como cosa hecha adrede nos empezamos a encontrar con frecuencia en la universidad, a pesar de que los dos teníamos pareja cada que nos veíamos nos coqueteábamos con la mirada sin atrevernos a hablar. Un día nos encontramos los dos solos en el micro hacia la universidad y muriéndome de nervios cuando nos bajamos por fin le hablé.

Hola, te llamas Laura ¿verdad?

Sí, ¿y tú eres Alfonso no?

Uff, bendito alivio, le pude hablar y se sabe mi nombre, entonces tal vez no todo está en mi imaginación me dije.

Oye, me gustaría conocerte, ¿te puedo invitar a salir?

Es que estoy saliendo con alguien

Yo también, pero, me gustaría conocerte, vamos saliendo como amigos

Ok, vamos a ver qué pasa

¿Dijo sí?, ¿dijo sí?, ¿esto es real? Y después con una sonrisa coqueta y un poco apenada me dijo

Pasa por mí al trabajo el sábado, salgo a las 4. ¿sabes dónde trabajo?

¡Sí, claro que sí!, repliqué ansiosamente sin caer en cuenta que estaba reconociendo ser un stalker de primera.

Después de haber pasado el trago amargo atravesamos la carretera y la acompañé hasta la entrada de su facultad. Nos despedimos con un beso en la mejilla y me fui de ahí flotando.

Llegó el dichoso sábado y no acudí a la cita. En aquella época debo de haberlo racionalizado de mil maneras, pero la verdad es que estaba aterrorizado de salir con una mujer tan hermosa.

Nunca volvimos a hablar, en la escuela trataba de sacarle la vuelta y supongo que ella hacía lo mismo. Un día estaba jugando beisbol con la selección mi facultad contra la suya y ahí estaba en el público.

Buuuu es un maleta, lo van a ponchar, gritaba cada que me paraba a batear. Lo único que salvaba mi maltrecha dignidad es que cubría mucho terreno en el center field y no se me fue un hit. Eso sí, su boca era de profeta y me poncharon dos veces.

Años después me la encontré en una plaza. A mí se me paralizó el corazón. Ella, simplemente sonrió, me hizo un ademán de saludo, se subió a su carro y desapareció.

lunes, 6 de febrero de 2012

Maussan y la Antimateria

A finales de los 80's o principios de los 90's cuando Jaime Maussan no era el rockstar de la ufología que es hoy, por alguna extraña razón nos regalaron al Jarbi y a mi un par de boletos para irlo a ver al Teatro de la Ciudad.

En esos días todavía estábamos estudiando física en la universidad y el Jarbi era, y hasta la fecha sigue siendo, un apasionado de la física teórica. Así que fuimos llenos de morbo a oir babosadas, en vez de esperar a que nos revelaran los secretos del universo.

La presentación pasó sin pena ni gloria. Algunas fotos, videos, mentiras y los trucos clásicos de un ilusionista. Lo interesante fue al final durante las preguntas y respuestas, una persona del público lanzó la siguiente pregunta que, supongo, para ese momento Maussan ya habría recibido en varias ocasiones anteriores.

¿Sr. Maussan, si la teoría de la relatividad de Einstein prohibe viajar a velocidades más rápidas que la de la luz, cómo le hacen los ovnis para llegar a la Tierra?

Ahhh, contesta Maussan con aires de sapiencia y regodeandose de tener la respuesta lista como as bajo la manga. Lo que pasa es que cuando Einstein sacó su teoría no conocía la antimateria y eso es lo que utilizan las naves espaciales para viajar por el hiperespacio.

Ohhhh, antimateria, eso suena como importante y misterioso ¿no?, solo los iniciados tienen acceso a ese tipo de información y se nota que el sr. Maussan sabe de lo que está hablando.

El problema es que el Jarbi no estuvo de acuerdo.

Disculpa pero no te entiendo

Y Maussan se disponía  a descender del Olimpo y ampliar su explicación cuando el Jarbi, cual Zeus moderno, le avienta un relámpago del cielo.

La antimateria es consecuencia directa de relativizar la ecuación de Schroëdinger, de ahí se obtiene la ecuación de Dirac,la cual, al resolverse se obtienen los positrones. Por eso no entiendo porque dices que la relatividad especial está en contradicción con la antimateria.

Maussan, como el gran merolico que es sin perder la compostura nos dijo con una amplia sonrisa

Ese es un tema avanzado, si quieres lo platicamos a la salida.

Y acto seguido se pasó a la siguiente pregunta.

Por supuesto que lo esperamos a la salida, con la ansias de niños de secundaria que se van a pelear y creen que van a ganar. Me va a oir este pinche farstante de mierda, me lo voy a chingar, decía el Jarbi enfundado en su sempiterna chamarra de lona verde olivo que le daba un aire de revolucionario urbano de temerse. Por supuesto Maussan nunca salió por donde pudieramos verlo. Hasta la fecha no sabemos si salió en un carro por alguna puerta trasera o lo rescataron los marcianos en un cohete de antimateria para evitar que develara sus secretos.