sábado, 30 de noviembre de 2013

Historias de Encomiendas (La leyenda del Kid Coyotas)

En nuestros tiempos de estudiantes universitarios cada que podían nos enviaban de nuestras casas, cajas con diferentes antojos de allá del pueblo: tortillas de harina, coyotas, empanadas, quesito,etc. Lo que no sabían en nuestras casas era de la tradición no escrita de que estas encomiendas pertenecían a la comunidad y más le valía al destinatario de la encomienda estar en casa cuando llegaba la dichosa caja, porque si no, corría el riesgo de encontrar solo migajas.


La leyenda del Kid Coyotas

Esa vez había venido el Cruz a Guerrero Negro y Doña María, mamá del Jesús Ojeda le había mandado una caja llena de coyotas hechas por ella con todo cariño. También le dió un puño al Cruz y una carta que acompañaba la cajita de coyotas. Las coyotas de Guerrero Negro son diferentes a las que venden en todos lados. Vienen rellenas de quesito de chiva y son la cosa más buena que se puedan imaginar. Si alguna vez las has probado seguro que se te antojaron y para los guerreros una coyota de quesito en Tijuana es un bien sumamente preciado.

Cuando llegó el Cruz al depa en Tijuana les dijo a todos
 

A ver raza, esta caja es una encomienda para el Jesús, me la encargó mucho Doña María, por favor no la vayan a abrir.

La caja venía muy bien amarrada con estos mecatitos blancos que parecen como de seda plástica y que hacen unos nudos muy chiquitos e imposibles de desamarrar sin romperlos, así que pensaba el Cruz que la caja era inviolable a menos que dejaran huellas del delito.

Pasaron varios días y el Cruz no encontraba en la universidad al Jesús, cuando por fin lo encontró, este le dijo

Cruz, las coyotas cómanselas porque quien sabe cuando vaya a tener chanza de ir por ellas, solo dame la carta de mi mamá.

Y así llegó el Cruz muy contento al depa y anunció

Raza!, me dijo el Jesús que nos comiéramos las coyotas que no hay bronca!

Y cuando levantó la caja esta estaba vacía. Le dió vueltas para ver por donde la habían abierto y no encontró señas de que hubiera sido violada. Los nudos seguían igual de apretados y por donde la vieras la caja se miraba igual que cuando llegó excepto que ahora estaba vacía. Por supuesto que todos negaron su participación en la fechoría y nadie supo que había pasado con las mentadas coyotas. Incluso corría el rumor de que se las habían llevado los aliens para estudiarlas.

Días después, cuando llegaron en la tarde al depa, se encontraron conque en el cuarto había un largo camino de cucarachas que terminaba en el closet. El Gordo exclamó

Ya valió madre!

Y acto seguido se avalanzó al closet y sacó una caja de cereal, y ciertamente esa era la fuente de la atracción de las cucarachas. Por dentro, entre la caja y la bolsa del cereal estaban escondidas las coyotas. Habiéndolo descubierto con las manos en la masa a partir de ese día al Gordo Velarde se le conoció entre los guerreros como El Kid Coyotas, aunque el misterio de cómo sacó las coyotas de la caja sigue sin resolverse ya que nunca lo confesó y sigue entre los grandes misterios de la humanidad, probablemente un día el discovery channel haga un documental sobre esto.

La machaca de piedra


Ese día llegó el Alejandro Cota muy temprano buscando al Cruz con una actitud de secrecía.


Cruz, te traigo una encomienda de allá de tu casa.


Y acto seguido sacó dos bolsas, una con tres kilos de tortillas de harina y otra con un kilo de machaca.

En la madre!, dijo el Cruz, si la saco ahorita estos weyes se la van a comer toda y yo ya tengo que irme a la escuela, no me va a tocar nada. Y acto seguido tomó una decisión importante, le dio las gracias al Alejandro y le dijo En la tarde te busco para invitarte a comer de esto. El plan era sencillo, esconder la machaca y las tortillas hasta la tarde que saliera de la escuela y entonces hacer comida para todos. Con mucho cuidado se metió de vuelta al depa y escondió en una maleta sin que nadie lo viera, las tortillas de harina y la machaca.

El día transcurrió lentamente y cuando por fin salió de la escuela en el camino a casa iba planeando cómo preparar la machaca. Llegó al depa, muy contento  abrió la maleta y sacó las dos bolsas. Pero había algo extraño en ellas. Por algún extraño encantamiento la machaca y las tortillas se habían convertido en piedras y el mago que hizo esto le dejó el siguiente mensaje.

SE TE CONVIRTIO LA MACHACA EN PIEDRA POR CULERO!

 



 

sábado, 23 de noviembre de 2013

Dillon, el vaquero apestoso

Érase una vez un vaquero que se llamaba Dillon. Dillon tenía muchos problemas porque le olían muy feo los pies y por las noches sus botas salían huyendo para que no las encontrara por la mañana

Y así, todas las mañanas Dillon tenía que levantarse muy temprano a buscar sus botas para poder irse a trabajar. Sin embargo, esa noche Dillon tenía un plan....

Al levantarse, como siempre las botas habían desaparecido, pero a diferencia de otros días en vez de ir a buscarlas sacó una caja de abajo de la cama. Esta contenía un par de tenis de lona nuevecitos, mismos que se puso Dillon para ir a trabajar.

 Los compañero de Dillon todos eran vaqueros muy rudos y casi se mueren de la risa al verlo llegar al corral a arrear el ganado en tenis. Sin embargo Dillon era un vaquero muy seguro de si mismo y no le importó gran cosa. Se subió a su caballo, sonrió contento por sus tenis nuevos y se dispuso a llevar el ganado a pastar.

Mientras tanto las botas esa vez habían huído tan lejos como habían podido auxiliadas por el duende patas de bolillo, que siempre estaba dispuesto a ser partícipe de cualquier travesura. Anduvieron todo el día por la orilla del río y cuando llegó la noche ya se encontraban bastante lejos de la casa. Se siente bien estar lejos de esos pies apestosos dijeron y se dispusieron a disfrutar de su recién adquirida libertad.

Los días pasaron y las botas se sentían muy felices de estar lejos de Dillon. Al principio el olor empezó a desaparecer, pero con el paso de los días y al estar a la intemperie, las botas se dieron cuenta de algo terrible. Por la humedad, el lodo y la falta de limpieza, ahora eran ellas las que olían mal, muy pero muy mal. Y día a día el olor se acentuaba y las noches cada vez eran más frías. Hasta que ya no pudieron más y decidieron regresar. Cansadas y batallando para dar cada paso dispusieron quedarse a dormir a los pies de un gran árbol.

Al día siguiente por la mañana las despertaron el ruido de unos caballos. Imagínense el gusto de las botas cuando vieron pasar a Dillon montado en su caballo, un rayo de esperanza iluminó su corazón. Sin embargo Dillon ni siquiera volteó hacia abajo cuando les pasó por enfrente, y las botas sintieron morirse cuando vieron los tenis blancos nuevecitos.

Empezaron a llorar despacito y sus lagrimas se confundían con las gotitas de la llovizna fresca que estaba cayendo en ese momento. Al fin se quedaron dormidas de nuevo por el cansancio y la tristeza. El duende patas de bolillo que había visto toda la escena se esperó a que estuvieran profundamente dormidas, las tomó y las llevó de vuelta al cuarto de Dillon y las dejó a un lado de la cama.



Dillon regresó de trabajar y venía muy contento, porque hacía algunos días había conocido a Dorothy, una muchacha muy simpática e inteligente y esa noche iban a salir a cenar. Entró a su cuarto a recoger su ropa para bañarse cuando vio sus viejas botas, sonrió y a pesar de estar un poco apurado, decidió que lo correcto era darles la bienvenida y tomó un trapo y grasa para zapatos y se puso a lustrarlas tarareando una canción muy contento. Las botas se despertaron cuando sintieron los primeros trapazos y también se pusieron muy felices de estar de nuevo en casa.

Nunca más se les ocurrió escapar y todos los días estaban listas para irse a trabajar. Pero para su buena suerte meses después Dorothy y Dillon se casaron, y ella lo obligaba a bañarse diario y ponerse talco en los pies, así que ahora su vida era perfecta!

viernes, 22 de noviembre de 2013

Cachanía por debajo del agua

Mi abuela tuvo un amigo en su juventud a quien quería mucho; Baldomero Avilés.
Baldomero era de esas personas simpáticas y dicharacheras que afortunadamente abundan en nuestra tierra, de un carácter sencillo y trato amable era frecuente protagonista de bromas y anécdotas. Algunas se quedaron en mi memoria.


Baldomero Avilés
El catre móvil

En tiempos anteriores en Cachanía el cierre de la compañía minera del Boleo entre otros problemas causó que el pueblo se quedara sin electricidad. La gente planchaba con planchas de carbón, el pescado se refrigeraba con hielo, de aquí viene la expresión Se te acabó el hielo? cuando alguien huele mal por no haberse bañado. Debido a la falta de electricidad que impedía tener abanicos y al fuerte calor de verano la gente acostumbraba dormir en catres fuera de sus casas y Baldomero no era la excepción.

En esa época era común que anduvieran sueltos los nagudos, batos que les daba por andar dando la vuelta de noche haciendo travesuras. Y esa noche se encontraron a Baldomero roncando en su catre. Como estaba profundamente dormido decidieron que sería buena idea llevárselo cargando y dejarlo en algún otro lado. Y ahí van cargando dos cuadras con Baldomero bien dormido, y y sabedores de que su suegro no lo quería se les ocurrió  dejarlo enfrente de la casa de la novia.

Al despertarse por la mañana imaginen la tremenda sorpresa de todos: Baldomero, la novia, el papá de la novia!. Puchi pariente!

Cachanía por debajo del agua



Desde aquellas épocas ya se organizaban las olimpiadas juveniles y debido a la inexistencia de una carretera pavimentada los viajes eran mucho menos comunes y la oportunidad de viajar a  La Paz a competir era algo que traía a los chamacos muy emocionados.


Mi tío Pepe que era muy deportista ya estaba anotado en el equipo y le dijo a Baldomero


Ya te anotaste mano?
No Pepe, ya ves que se tiene que anotar uno en tres deportes y yo nada más juego dos
Anótate en natación
Pero no se nadar Pepe
No te preocupes, el día de la competencia nada más no te presentas y ya.

Y con el plan ya hecho Baldomero se anotó también en natación y agarraron camino a La Paz. El plan parecía perfecto pero falló en tomar en cuenta que Baldomero era medio distraído y lo agarró el día de la competencia paseando por enfrente del malecón.

Tu eres Baldomero Avilés?
Si, yo soy, por qué?
Súbete a la lancha, ya nada más te están esperando a ti, vamos, apúrate

En aquellos tiempos no había alberca entonces para las competencias de natación subían a los muchachos a una lancha se alejaban quien sabe qué tanto de la orilla y órale, el primero en llegar a la orilla gana. Por supuesto esto representaba un reto extra para alguien que no supiera nadar.

Y sonó el disparo de salida y todos se aventaron menos Baldomero por supuesto, que como buen adolescente le costaba mucho trabajo reconocer su mentira. Órale tírate!  Le dijo el de la lancha mientras lo empujaba. Y mientras Baldomero se hundía en la orilla estaba un cronista narrando por micrófono


En primer lugar el competidor de Loreto, seguido muy de cerca por el de Mulegé y La Paz, y el de Santa Rosalía por debajo del agua!.


Y así siguió hasta que se dieron cuenta que el de Santa Rosalía no iba por debajo del agua sino que se estaba ahogando y se apresuraron a rescatarlo. Desde entonces viene el dicho de Cachanía por debajo del agua.


lunes, 11 de noviembre de 2013

La sopa negra

La verdad nos tocaron tiempos difíciles para ser estudiantes universitarios. Fueron los peores años de la inflación y no había dinero que alcanzara. Además, y aquí corro el riesgo de generalizar a la ligera, nuestros padres no tenían la cultura del fondo para los estudios universitarios. Pero no los juzguen severamente, la verdad es que en esos tiempos ahorrar era sumamente difícil, llevábamos años dando tumbos de crisis en crisis y si bien en nuestras casas nunca faltó para comer, tampoco había mucho margen económico.

Además casi todos vivíamos independientes así que éramos responsables de nuestro presupuesto. Después del presupuesto para las caguamas no quedaba mucho dinero para comprar comida, así que siempre andábamos hambreados.

Nuestro principal alimento eran los huevos porque en aquella época eran sumamente baratos. Mi platillo favorito era los huevos revueltos con triángulos de tortillas viejas y salsa mexicana de latita, y arriba el colesterol!

Un día de plano andábamos completamente pobres. En la casa no había gas ni dinero para comprarlo y la alacena estaba casi desierta. Tan solo había una bolsa de pasta Talia, marca de la que hasta la fecha sigo siendo cliente fiel. Con eso el Juan Pablo el Pepe Ibarra y yo ya teníamos resuelta la primera parte del dilema pero nos hacía falta lumbre para hacer la sopa. Juntamos unas tablitas de esas con las que se hacen las cajas para transportar frutas y verduras y unas ramas secas del patio de atrás de la casa y el plan era usarlas para hacer una fogata. La segunda parte estaba resuelta. La tercera era cómo condimentar la sopa ya que no teníamos ni un tomatito. Hurgándole encontramos unas especies que habían sido de mi bisabuela Adela, que en ese entonces tendría unos 9 o 10 años de haber fallecido, y pues si bien no era cilantro fresco tampoco íbamos a desperdiciarlas.

Ya con todo resuelto procedimos a preparar la sopa en el patio de la casa. Los problemas empezaron con la fogata que estaba echando un humaderón oscuro pero no le dimos mayor importancia. A fin de cuentas era lumbre y calentaba la sopa. Después de un rato de estar hirviendo decidimos que la sopa ya debería de estar lista. El resultado era una mezcla oscura que parecía más bien aguas negras que una sopa casera. Pero ni modo, life is a bitch y nos tragamos esa cosa

Por supuesto que nos dio una diarrea de proporciones épicas. Nos pasamos tres días terribles durante los cuales, afortunadamente para nuestros bolsillos, no requerimos comer nada.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Lucía Beltrán ven para aca!

El profe Burgoin nos dió clases desde primer semestre: Etica, Filosofía y otras más. Pero la clase de Relaciones Humanas sin duda se cocinaba aparte. Esta no fue una clase normal, fue por mucho la más divertida de toda la prepa. La mecánica era muy diferente de otras, en lugar del maestro darnos clases lo que hacíamos era algo que llamábamos sociodramas, unas pequeñas obras de teatro en las que mostrábamos algún aspecto positivo o negativo de la sociedad. Nos juntábamos en equipos de 4~6 personas y hacíamos de todo. Escribir, conseguir el vestuario, la escenografía y por supuesto actuar. Después de cada representación discutíamos acerca de la situación que se había presentado, no si nuestros compañeros lo habían hecho bien o mal. Esta no era una clase de teatro.

El resultado eran unas mini-obras de teatro muy divertidas. Me gustaría ser dueño de mejor memoria y poder contarles con mayor detalle sin embargo solamente tengo algunos flashbacks. Como por ejemplo la vez que Paty Ventura salió de muerta, acostada con una sábana blanca encima y como no podía parar de reír la sábana se movía toda y por supuesto nosotros atacados de la risa, lo cual hacía que la Paty se riera aún más. O en aquella ocasión que yo salí de borracho violento, quebré una botella en un arranque de furia y el profe Burgoin se subió al mesabanco, se hizo bolita y gritó ayy Dios, un hombre!. Everardo y Juan Pablo un día salieron maquillados de transvestis. El Eve se miraba bien bonita y el JP que además llegó todo sudado porque venía de jugar basket parecía piruja muy maltratada por la vida.

Eran frecuentes las historias que tenían que ver con alcoholismo, embarazos no deseados, padres autoritarios y homosexualidad, que supongo deben de ser los temas que más preocupan a los adolescentes de todos lados. No sé cómo haya sido esta materia en otras prepas que hayan tenido maestros más tradicionalistas, pero en nuestro caso nos sirvió mucho para conocernos, aunque tal vez en ese momento no nos hayamos dado cuenta.

El siguiente semestre ya no llevábamos esta materia pero de alguna manera había transcendido fuera de las paredes de la prepa y nos invitaron a participar en la clausura del PINMUDE, unos talleres de capacitación para mujeres que hasta donde recuerdo eran de cocina y costura. Esto era totalmente diferente a lo que habíamos hecho antes porque aquí ya había una línea temática sobre la que teníamos que trabajar, la cual era, como ustedes probablemente ya se han imaginado, que el PINMUDE era bueno. El profe lanzó la convocatoria a quien quisiera participar voluntariamente, ni puntos extras nos ofreció. Formamos tres equipos el primero eran Chema y Lorena, en el segundo Eve y Mimí eran pareja y el JP un amigo sonsacador, y el último éramos Lucía y Yo. Cada equipo escribió y ensayó por su lado y nos contábamos un poco de lo que estábamos haciendo pero hasta ahí. Nunca hubo ensayo general ni nada por el estilo.
Mimí

La presentación fue en el salón de actos. Lucía llegó muy señora con un blazer muy bonito y el Everardo que salía de borracho decidió que era buena idea llegar ídem para darle más realismo. Debe de haber habido tal vez unas 80 o 100 personas principalmente señoras. Como fue en horas de clase tan solo unos pocos compañeros se la pintearon para acompañarnos. Empezaron Chema y Lorena y solo recuerdo que todos nos reímos mucho con los regaños de la Lorena y el Chema que se quería poner fuerte nada más no lo lograba, los que conozcan a mi negro saben que es un pan de dios y el resultado fue una comedia de lo más divertida. Después siguieron Mimí, Eve y Juan Pablo, aquí la trama era que el Eve llegaba borracho y la Mimí lo empezaba a regañar mientras el Juan Pablo servía de amigo sonsacador que decía No te dejes que para eso eres el hombre de la casa y cosas por el estilo. Eve y Mimí habían sido novios y acababan de tronar, así que entre la borrachera y el papel el Eve aprovechó para decirle algunos reclamos que hasta la fecha no sé si eran parte de la obra o eran puramente personales. Lo que sí es que a todo mundo le dio mucha risa el pleito y los reclamos.
Lorena


Al final nos tocó a mí y a Lucía. El público esperaba otra comedia y hasta hubo algunas risas al principio, pero nosotros habíamos preparado un drama. Recuerdo que antes de empezar Lucy me dijo solamente te pido una cosa, no me vayas a decir por mi nombre. Creo que nuestros personajes no tenían nombre y por eso esta petición tan rara. La trama era la siguiente: Yo era un obrero pobre que estaba casado con una mujer muy guapa. Entre lo mísero de mi salario y la belleza de Lucía mi personaje estaba enfermo de celos. Y aquí es donde todo se complica, pues ella cada vez traía ropa más bonita y yo no estaba en condiciones de comprársela, lo que envenenaba mi corazón de sospechas. Y ese día le reclamé! oohhh Dios si le reclamé. Empecé con mis quejas y ella intentó darse la vuelta y dejarme hablando solo.

Lucía Beltrán ven para acá!

Le grité dando un manotazo a la mesa y el micrófono que estaba encima salió volando. Lucy volteó con una cara de susto pues no lo habíamos ensayado así de fuerte. Fue algo que se me ocurrió en el momento y ni siquiera lo pensé cuando le grité por su nombre, simplemente sucedió. En ese momento el público se dio cuenta que esto era algo diferente y no volvieron a reírse. La historia se desenvolvía de tal suerte que ella  me daba explicaciones de que toda esa ropa la hacía en los cursos que le daban en el PINMUDE y que cuando aprendiera a hacer ropa de hombre me iba a hacer mi ropa y que yo era un perro maldito por andar desconfiando de ella. Y yo, avergonzado de mis celos le pedía perdón y la obra terminaba con nosotros saliendo abrazados totalmente reconciliados. Y muy contentos, pues había salido mejor de lo que pensamos.
Lucía y Yo