Oye Poncho, va a venir el Santo al radio, ¿no quieres traer a tu niño para que se tome una foto? Con esta llamada empezó lo que sería el día más increible en la corta vida del Manú.
-Sí, claro, tú dime a qué horas y ahí estaremos.
- Vente como a la una , llegas a la recepción y preguntas por mí.
- Va, ahí te veo.
Pasé por el Manú a su escuela antes de que fuera hora de salir y le dije que íbamos a visitar a una amiga. No me pidió mayores explicaciones, bastante emocionado estaba con salir de clases antes de tiempo, ya ven, hijo de tigre, pintito.
Llegamos a Uniradio y la verdad es que esperaba encontrarme a un puño de gente para la firma de autógrafos pero el lugar estaba como un día cualquiera de oficina.
-Disculpe señorita, ¿está Tina?
- Sí, ¿este es el niño que iba a venir verdad?
- Sí, este mero es
- Me dijo Tina que por favor la esperaran aquí, que ahorita sale.
- Va, muchas gracias
Y ahí nos quedamos esperando, jugando piedra, papel o tijera. Después de unos 5 minutos o algo así se abre la puerta y sale El Santo. El Manú se le quedó viendo con una cara de asombro total. Y es que como buen tijuanense, el Manú desde muy chiquito es gran aficionado a las luchas, y que de repente se aparezca su ídolo fuera del ring no era algo para lo que estuviera preparado. Pero mucho menos para lo que sucedió después.
- Hola Pedro Alfonso, andaba por aquí cerca y pasé a saludarte.
Y el Manú al borde del infarto sin poder pronunciar palabra. O sea: es El Santo, se sabe mi nombre y pasó a saludarme.
-¿Te puedo cargar?
Inmediatamente estiró los brazos para que lo cargara su ídolo.
- ¿Y tu papá te lleva a las luchas?
- Sí
- ¿y cómo gritas?
- Santo, santo, santo
Y así estuvieron platicando como 5 minutos, el lobby se empezó a llenar de gente de ahí de la radio. Llegó Tina sonriente, orgullosa como tía y el Manú en la luna.
-Santo, ¿verdad que eres mi amiguito?
- Si Pedro Alfonso, claro que sí
Y ya de camino para la casa
- Papá, El Santo es mi amiguito ¿viste? y se sabe mi nombre, ¿cómo se lo sabe?
- Tina le dijo, hijo
- Vamos a ir a las luchas hoy ¿verdad?
- Sí
- Tenemos que ir a apoyarlo porque dijo que iba a estar muy difícil la lucha con la Parka
Y esa noche en las luchas estábamos como era costumbre en la tercera o cuarta fila, al pobre Santo me lo traían a madrazos, y el Manú preocupadísimo
- Amigo, amigo, ¿estás bien?
Afortunadamente la lucha terminó bien, sin ningún luchador lastimado, El Santo victorioso y el Manú feliz.
Meses después, hubo una firma de autógrafos de Blue Demon en el Zoma de insurgentes y ahora Jorge fue el que nos invitó. Llegamos muy temprano y todavía no llegaba casi nadie. Antes de la hora programada llegó Blue Demon y aún no había mucha gente.
- Ahorita vengo papá, voy a hablar con Blue Demon
- Sí claro hijo, ve, a eso vinimos
Y ahí va mi enano chistosísimo y se le para enfrente a Blue Demon y le dice en tono desafiante
- Yo soy el nieto del Santo
Y Blue Demon que se ataca de la risa. Para no hacer el cuento largo sólo permítanme decirles que después de un rato de estar platicando Blue Demon y el Manú se pusieron a jugar tazos.
Santo, Blue, si algún día ocupan luchar contra alguna momia, extraterreste, mujer vampira, zombie o lo que sea, aquí en Tijuana está el nieto del santo listo para ayudarlos.