Hace un par de meses asistí a echarle porras a un alumno de Claudia en una función de box amateur. Para empezar batallamos mucho para encontrar el gimnasio, porque habían cambiado el lugar de la pelea y el mapa que pusieron donde indicaban el nuevo lugar era realmente malo.
Y no es que sea mamón y que no me haya gustado el dibujo de la cartulina, sino que la pelea era como a 6 cuadras del lugar que se indica en el mapa en uno de esos laberintos tan comunes en los cerros de Tijuana.
Total que le preguntamos a unos muchachos que tenian pinta de deportistas y resultó que dos de ellos iban a boxear y tampoco encontraban el gim. Por fin llegó el entrenador de ellos y a seguirlo!. Por fin llegamos y apenas estaban armando el ring, la función ya la habían pospuesto dos horas entre otras cosas porque el organizador le dijo a algunos boxeadores que el gim estaba por el parque Morelos en vez de decir que por el parque de la colonia morelos, así que había varios muchachos perdidos del otro lado de la ciudad y había que ir a buscarlos. Lo suyo, lo suyo, lo suyo no era la organización.
El calor estaba pegando más o menos fuerte, tal vez a 30 o 32 grados centigrados y ustedes podrán pensar que la espera fue horrible; nada más lejos de eso. Desde que llegamos la constante de la gente involucrada en el evento fue la amabilidad, empezando por el anfitrión, el boxeador Maikito Martínez, que creo que estaba inaugurando su ring. Esta era una verdadera verbena popular boxística, vecinos bromeando, un señor medio loco que tal vez hace muchos años fue boxeador andaba echándole pleito a quien se dejara tal vez tratando de revivir viejas glorias, a mi me pasó cerquita un recto, si hubiera sido un gancho seguro me saca el aire.
Pusieron una lona y unas sillas y varias señoras, algunas con bebés pasaron a ocupar su lugar en la sombrita, varios muchachos armando el ring que poco a poco iba tomando forma. Llegó la tina con el agua y las sodas, habilitaron un carrito para vender dulces y por supuestos los infaltables tostilocos. Llegaron las muchachas de la colonia y empezaron las bromas si se iban a subir a mostrar un cartelito con el numero del round.
Por fin llegó Giovani, el muchacho al que le fuimos a echar porras y que era de los perdidos en el parque Morelos, lo pesaron y tenía dos posibles rivales y querían que boxeara primero contra uno y al final del día contra el otro!.
Maikito andaba de arriba para abajo viendo que todo se hiciera, una señora tomó el micrófono y bromeaba entre otras cosas para que los asistentes, que tal vez seriamos unos treinta no nos desesperáramos e invitaba a los vecinos a que se acercaran a ver el box. Una niña delgadita de unos 10 u 11 años entró a la casa-gym con una mirada de determinación que rara vez se ve incluso en deportistas profesionales, comentamos que no importaba con quien boxeara esa niña seguro iba a ganar. Ya traía puestos sus shorts everlast color azul, sus botas de boxeo y me dio la impresión de que su mente ya no estaba ahí sino visualizándose en la pelea.
Seguía llegando gente algunos con sus propias sillas, una de ellas una sillota barroca que se veía bastante pesada. El papá del Terrible Morales que fungiría como referi ya estaba listo y empezó la función y a Giovani le tocó la primera pelea y poco a poco le fue sacando puntos a su rival, no lo noqueó pero daba la impresión de que si se hubiera decido lo podía haber hecho. Ganó por decisión unánime!.
La segunda pelea fue de la niña mencionada, se llama Tania y desafortunadamente no recuerdo su apellido. La niña contra la que le tocó pelear era del gim de Maikito y estaba más alta, más pesada y más fuerte. Me pregunto que pasaría por su cabeza en los momentos previos a la pelea, ¿habría algo de duda?, seguro que algo de nerviosismo, a fin de cuentas la diferencia física era muy grande.
Sonó la campana y Tania salió a boxear, cabeceando de un lado a otro, un buen trabajo de pies, se nota que ha trabajado mucho en sus fundamentos. La otra niña salió a fajarse, buena estrategia dada la diferencia de peso. Pero la flaquita le salió respondona, y cada que empujaba hacia enfrente y tiraba un volado se encontraba invariablemente con los puñitos de Tania que poco a poco fue haciendo daño hasta que la hizo sangrar de la nariz.
Terminó la pelea y ganó Tania por decisión dividida, lo cual parecía un fallo más bien localista porque parecía que debería de haber sido unánime.
Finalmente la carita de Tania se relajó, una breve sonrisa reflejaba la satisfacción del trabajo cumplido. Yo no se si vaya a seguir boxeando y sea una nueva Jackie Nava, lo que sí sé, es que si mantiene esa determinación, motivación y ética de trabajo lo que sea que haga lo hará bien y será una ganadora.
Después de esta pelea nos retiramos porque había otras cosas que hacer, nos despedimos y nos fuimos con un gran sabor de boca esperando alguna vez regresar.
1 comentario:
Sta tripeada la batiaventura boxistica...
Ai vamos a star siguiendo detenidamente mas ponchiaventuras en tu blog, sale
Publicar un comentario