El Duende Patas de Bolillo |
Ese día el
profe Blito iba tarde a la escuela, y es que no le gustaba levantarse temprano así
que aunque era muy buen maestro simplemente había veces que llegaba tarde.
Niño, por qué no estás en la escuela? Le gritó
Es que no sé
donde queda
Vente conmigo,
yo voy para allá, soy maestro
Vamos! Dijo
el duende que siempre se tomaba las cosas con entusiasmo
No te había
visto, acabas de llegar a Mizantla niño?
No soy un niño,
soy un duende
Ah si y qué
es lo que haces?
Pues cosas de
duendes! Y le empezó a explicar que no tenía padres, que vivía solo en una casa
en el cerro a la que solo él podía llegar. Que podía hablar con los animales y que
a veces sabía lo que querían las cosas. Aunque el profe Blito le cayó muy bien decidió
no contarle que le gustaba hacer travesuras y que su travesura favorita era esconder
cosas.
Entonces no
tienes a nadie? Preguntó el profe Blito que no sabía si creerle.
Sí, tengo una
persona, pero tiene mucho que no la veo repuso y en su cara se notaba que se había
puesto un poco triste.
Y a la escuela
has ido?
No, pero sé
leer y escribir y también soy muy bueno para las matemáticas.
Ah si? Y dónde
aprendiste matemáticas?
Ya te dije que
soy un duende, todos los duende somos buenos para las matemáticas, tampoco sabías
eso? Preguntó el duende ya un poco molesto de la ignorancia del profe Blito en cuanto
a duendes se refiere.
El Profe Blito |
Llegaron a la
escuela y como ya venían tarde se fueron derechito al salón
A la hora del
recreo vemos con la directora en que salón te vas a quedar, por lo pronto vente
conmigo.
Cuando a la
hora del recreo el profe Blito le explicó a Lulú la directora que no era un niño,
que era un duende y que nunca había estado en una escuela ella le respondió
Este es un caso
muy extraño y muy importante, vamos a tener una junta urgente con todos los maestros
para decidir qué hacer. Háblales por favor
Y cuando ya
estaban todos los maestros juntos les dijo
Vamos a discutir
este asunto pero es muy importante y no quiero que nadie nos interrumpa así que
por favor dejen todos sus teléfonos aquí sobre el escritorio.
Los maestros
estuvieron discutiendo largo rato sobre qué hacer con el duende. Nunca habían tenido
un caso así y realmente no sabían que hacer. Por fin Lulú la
directora dijo
Estamos todos de acuerdo en que es mejor que esté
aquí en la escuela a que ande de vago, pero alguien se tiene que hacer responsable.
Yo me haré responsable dijo el profe Blito y todos se miraron asombrados. El profe
Blito era conocido por su buen corazón pero no era muy organizado que digamos. Cuentan
que hasta los cactos que tenía en su casa estaban muertos de sed porque se le
olvidaba echarles agua. Sin embargo lo vieron tan decidido que todos estuvieron
de acuerdo.
Está decidido entonces! Dijo Lulú la directora y salieron todos
a descansar un poco porque ya casi era hora de que terminara el recreo. Cuando salieron
de la sala de juntas vieron con horror que todos sus teléfonos habían
desaparecido.
Lulú La Directora |
Como loquitos
se pusieron a buscarlos por toda la dirección exclamando
Quién se los habrá llevado? Tenemos un ladrón en
la escuela! Cómo es posible que nadie haya visto nada!
Y justo cuando
ya era hora de que entraran del recreo se oyó un escándalo de alarmas de
teléfono que venía de adentro de una caja con uniformes. Ahí estaban todos los
teléfonos, alguien les había programado la alarma para que sonaran todos al mismo
tiempo. Aliviados los maestros ya con sus teléfonos se preguntaban quién habría
hecho semejante travesura pero como ya había terminado el recreo no tuvieron tiempo
de averiguar más.
Al salir el
profe Blito vió al duende jugando con otros niños
Duende! Ya vámonos a clase! le dijo y el duende volteó y le sonrió con una
sonrisita pícara. Y ahí el profe Blito tuvo la sospecha que era muy difícil cachar
al duende en sus travesuras.
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