lunes, 14 de abril de 2014

Fer se me olvidó bajar la pistola

Tenía 3 meses que había entrado a Softek cuando me mandaron a visitar a nuestro cliente a Los Angeles. El Fer, llevaba toda la semana dándome más recomendaciones que mi amá cuando salíamos de campamento o a competir en algún deporte. Entiendo que tal vez sería la costumbre de lidiar con gente del interior del país que no están acostumbrados a la frontera, o por lo que haya sido, la verdad es que tanta recomendación ya se merecía una buena broma. Karma le dicen.

Debo confesar que a pesar de habérmelo recordado tantas veces no saqué el mentado permiso I94, que se vayan a la fregada pinches Coreanos sangrones. Obvio que nadie me lo pidió, nunca he sabido de alguien al que se lo hayan pedido. ¿Ustedes si?.  Total que sin mayores inconvenientes llegué hasta el estacionamiento del cliente. Pongo a Dios de testigo que hasta ese momento al estar escribiéndole un SMS se me ocurrió una buena broma y cambié mi mensaje original por el siguiente.





Yo sabía que el Fer estaba en ese momento en un curso marciano con gente de Monterrey así que estaría menos tranquilo que de costumbre. Inmediatamente sonó mi teléfono y le rechazé la llamada. Volvió a sonar y se la volví a rechazar. El Fer tenía todos los motivos para creer que el mensaje era real, para empezar venía yo de Tijuana y ya saben la fama que tenemos. Además había un par de detalles más que hacían al mensaje parecer real. Total que no lo hice sufrir mucho, me dió pendiente que a su edad le fuera a dar un infarto y le escribí de nuevo


E inmediatamente después recibí el siguiente mensaje


Y respondí




Ya no volvimos a hablar y me dediqué a trabajar con el equipo del cliente en el plan de trabajo del siguiente año. Todo muy bien, muchas horas de juntas, litros de café y unas cervezas al final del día. Al día siguiente al ir manejando de regreso a Ensenada recibí el siguiente mensaje


Yo pensé que estoy me había ganado el perdón total, pero estaba un poco equivocado. El lunes que me presenté a trabajar al darle mi reporte al Fer me escuchó con mucha atención y me hizo muchas preguntas sobre cómo estaríamos de chamba el siguiente año. Y que se me ocurre preguntarle

Oye Fer, ¿y qué ondas con el mensaje que te mandé?

Hijo de tu pinche madre!, hijo de tu pinche madre!, hijo de tu pinche madre!

Y así se quedó tildeado hasta que le tuve que dar un Ctrl+Alt+Del

No hay comentarios.: