martes, 2 de enero de 2018

Últimos Semestres

Sexto Semestre

Cuando entramos a sexto semestre de prepa sucedió la cosa más extraña. Como que todos los maestros se pusieron de acuerdo y querían que ya nos fuéramos. La verdad todas las materias estuvieron facilitas y casi ni tarea dejaban, hagan de cuenta que íbamos nadando de muertito, nomás nos movíamos poquito y listo ya con eso pasábamos. Hasta Rosalinda le bajó a sus exigencias.

La profe Rosalinda era dura. No era mala, no era injusta, pero para pasar sus materias le tenías que invertir un buen tiempo y usar el cerebro. Famoso era hacer el Moulinex, es decir, los que reprobaban química I, II y III. Muchos dejaron la prepa por no pasar sus materias y otros tantos se atoraron un año hasta que pudieron librarla. Pero con todo y esto en sexto la llevábamos tranquila en ecología con ella.

Todo era unicornios y arco iris hasta una tarde que estábamos haciendo un examen bimestral de ecología. El salón tenía varios restiradores de la clase de dibujo técnico y algunos compañeros los usaban para todas las clases. Estos tienen un espacio que queda muy a la mano para guardar los cuadernos a diferencia de los bancos normales y eso los hacía muy prácticos. Total que a la mitad del examen la maestra empieza a caminar por todo el salón vigilándonos y cuando pasó por atrás del J. que estaba precisamente sentado en un restirador, le preguntó
- ¿Cómo vas J.?
- Bien maestra pero me faltaron apuntes
- Y estos que tienes aquí ¿qué? le dijo mientras le sacaba del restirador el puño de notas de donde estaba copiando
La maestra Rosalinda Flores

El tiempo se detuvo, casi nos morimos del susto. Lo habían descubierto copiando y conociendo a Rosalinda seguramente lo iban a correr de la prepa faltando tan solo un par de meses para terminarla. Hasta el viento tuvo miedo y nadie se atrevió a pronunciar palabra. Hay momentos en la vida en que te la tienes que jugar fría y eso hizo el J. Como si no hubiera pasado nada hizo de tripas corazón y siguió haciendo su examen.

No sabíamos qué iba a pasar, al menos yo no. Tal vez sí habló con él en privado, no lo sé. Pero no lo acusó y no lo corrieron. Hasta donde mi memoria alcanza tan solo le bajó un punto en el examen. Les digo, ya era sexto semestre y querían que nos fuéramos



Noveno semestre

Cuando entré al noveno y último semestre de la carrera pensé que iba a ser lo mismo que en sexto de la prepa. No podía haber estado más equivocado, no había pasado una semana cuando ya nos traían en chinga. Y no es que las materias fueran algo particularmente difícil pero sí andaban muy activos los maestros.

El problema principal parecía que iba a ser Física Teórica V: Mecánica Estadística con la doctora Laura Viana. La señora era de un carácter fuerte y le gustaba mucho tener la razón; permítanme ejemplificar; una mañana se me ocurrió preguntarle la diferencia entre dos conceptos
--Oiga maestra, ¿qué diferencia hay entre tal y tal concepto?
-- Ninguna
-- Oiga maestra, pero la formulación matemática es diferente
-- De todos modos, no hay diferencia
-- Oiga maestra pero el Kittel (libro de texto) dice esto y esto otro
-- El Kittel está mal
Tomé aire y reflexioné un momento, ya era el último semestre de la carrera y mi espíritu combativo se había agotado y lo único que me quedaba eran las ganas de salir de la escuela lo antes posible así que respondí
-- Mire maestra, si usted me dice que el azul es verde, es verde el cabrón
-- ¡Esos son los alumnos que me gustan! 

Y así íbamos navegando por el último semestre viendo la luz al final del túnel cuando nos llegó el rumor de que la maestra había dicho que todos íbamos a reprobar por diferentes razones; yo, por supuesto, por llegar tarde a clases que creo que eran a las 7 de la mañana. Pero bien dicen que cuando Dios no tiene nada que hacer ayuda a los pendejos y la maestra se accidentó. Nada demasiado grave, solo lo justo para que se incapacitara y ya no fuera a dar clases. Diseño inteligente que le llaman.

Fui al instituto de física a buscarla a ver que iba a pasar con el curso y me la encontré con el collarín puesto y con ganas de irse a su casa
--Maestra qué bueno que la encuentro, ¿qué va a pasar con el curso?
-- Yo no sé, yo me voy a incapacitar y me voy para mi casa
-- ¿Me puede entregar mis exámenes y tareas para ver cómo voy?
-- Sí, claro, vamos a mi cubo

Ya en su cubo me entregó un folder con todas mis tareas y exámenes, tan solo unos pocos estaban calificados, todos con diez, eso sí.
-- Oiga maestra, faltan muchos por calificar
-- Ah sí, es que cuando alguien hace las cosas bien siempre las hace bien, entonces supongo que todo lo demás también está correcto.
-- Bueno maestra, muchas gracias y que se mejore

Como ya faltaban solo tres semanas para que se acabara el semestre nadie quiso tomar el toro por los cuernos y darnos las clases faltantes. Al final el profe Francisco Medina se aventó y nos puso un examen con el que calificaría todo el semestre. 10 problemas, para llevar, una semana para hacerlos. De las demás materias ya tenía calificación aprobatoria, solo faltaba esta. Terminé los problemas un par de días antes del deadline y como tenía la seguridad de que estaban correctos me fui a festejar con unos amigos que por fin había terminado la escuela. Y llegué amanecido con el profe a entregar mis soluciones.

Tres días después ya era oficial que había aprobado con nueve y había terminado la escuela. This moment of my life, is called happiness





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