martes, 6 de septiembre de 2016

El cine Kugue

El cine Kugue

Yo aprendí a querer las películas de Kung Fu en el cine Kuge. Los sábados salíamos del catecismo y nos íbamos derechito al cine a ver las películas de Kung Fu. Por supuesto que todos adorábamos a Bruce Lee y nos emocionamos cuando proclamaron a Jackie Chan como sucesor legítimo del dragón. Pero no sólo eran estas, sino también todas las películas tradicionales de Kung Fu, con todas sus exageraciones: héroes que de un brinco llegaban al techo de una casa de tres pisos, o caían en la punta de un cerro, heroínas peleando con un trapo contra dos tipos con sables, golpes mágicos y misteriosos que te paralizaban, los japoneses malos, muy malos, gorditos con un mazo, maestros viejitos con agilidad increíble y todo tipo de armas. Pero lo mejor eran las películas del espadachín manco; imagínense un tipo con un solo brazo que pelea usando tres espadas contra 60 enemigos en un puente y los mata a todos. Como además de cine era teatro, abajo de la pantalla tenía una tarima y en el intermedio todos excitados por la película nos subíamos a echar karatazos. Así eran las funciones de matiné todos los sábados en el cine Kugue.
Beto Meza López operando el proyector


Por supuesto que no todo era Kung fu, también recuerdo las películas de aventuras, la emoción de ver a Kaliman en la pantalla y por supuesto ¡las películas de luchadores!. Al salir también era tradición ir por una nieve con Doña Lidia y El Bicho, y si traíamos dinero extra, una malteada. Doña Lidia y el Bicho siempre fueron muy amables conmigo, les encantaba bromear y él no sé de dónde sacó la broma de que comía Rosco y siempre se reía conmigo de que 'según' estaba bien bueno y que me invitaba a comer cuando quisiera.

No sé cuándo se fundó el cine Kugue, pero dice mi amá que en el 72 ya estaba operando, igual cerró no sé que año pero por allá de 1980 cuando iba a la secundaria ya estaba cerrado, y a veces durante esa época íbamos a un cine que estaba en la Loma y que le decíamos el cuatro vientos, porque tenía hoyos por todos lados, incluso uno muy grande en el techo que permitía que se vieran las estrellas. También a veces íbamos al cine de los húngaros, recuerdo que ponían una lona y las funciones eran al aire libre.

Pero no nos desviemos del tema y regresemos al cine Kugue.
Beto afuera del cine
Los fundadores fueron Alfonso y Berta Kugue, quienes además del cine también vendían gasolina. Sus papás, Jesús y Francisca eran dueños de El Nuevo Japón, pero esa es una historia que alguien más anterior que yo tendrá que contar. Me han dicho que Chuy Flores era el encargado de la proyección y que pasaban muy buenas películas de estreno: el Padrino, Tiburón, Superman, vaya, hasta la Naranja Mecánica se vio ahí.

Cuando ya iba a la prepa el cine reabrió sus puertas por un corto tiempo, recuerdo haber ido un par de veces aunque mi memoria puede traicionarme; lo que sí recuerdo perfectamente es que se presentó una obra de teatro que causó gran revuelo en el pueblo porque Margarita Gralia mostraba los pechos desnudos.

Hoy el cine solo es un galerón abandonado, esperando tiempos mejores que espero no tarden mucho en llegar

* Un especial agradecimiento a Beto Meza por permitirme usar sus fotos






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