sábado, 3 de septiembre de 2016

Rey en un país de homofóbicos


Rey en un país de homofóbicos, así de cabrón estaba. Reza un tuit de @ciervovulnerado que bien podría servir de su epitafio. Certero, directo y que refleja la grandeza de Juan Gabriel.



Estamos dolidos, cierto no todos los mexicanos pero sí la mayoría. Sobre todo los mayores de cuarenta, que su música ha sido un compañero de vida. La muerte de Juan Gabriel nos tomó desprevenidos y hoy nos tiene unidos en su luto, escarbando recuerdos de fiestas, borracheras, amores y decepciones, en las que su música nos dio voz.

La música de Juan Gabriel para muchos es algo personal, íntimo, ligada a momentos importantes, piensen en canciones como: La farsante, Inocente pobre amiga, Amor eterno, Se me olvidó otra vez, Yo no nací para amar; canciones con alma, que nos ayudaron a llorar o a sostenernos de pie. Por eso ahora que corrieron al pendejo de Tvunam, en vez de pensar en la censura o lo que ustedes gusten y manden, lo que se me vino a la mente fue un sencillo A chingar a su madre a otra parte!



 En estos días he visto testimonios de todo tipo de gente; condolencias de personalidades de todo el mundo sin embargo la que me llegó más fue un imitador que muy triste decía Es que nos ha dado de comer a tantos y es que así fue la historia de Juan Gabriel, llena de generosidad y de agradecimiento. Decía mi mamá cuando un artista ya no tiene éxito, rápido saca un disco de homenaje a Juan Gabriel y de ahí sale para el chivo. Se puede hacer una larga lista de los artistas que le deben su carrera a los éxitos que les compuso y los mariachis y bandas de todo el país todos los fines de semana tocan sus canciones.

La primera de sus canciones de la que tengo memoria es Buenos días señor sol, por supuesto que traigo tatuada en la memoria el noa noa, la frontera, siempre en mi mente y un largo etcétera; debo de haber cantado cientos de veces Querida cuando estaba en la prepa y sin embargo nunca me consideré fan hasta que descubrí que Se me olvido otra vez era de JuanGa y no de José Alfredo. Eso fue una revelación y desde entonces me considero fan irredimible.

Juan Gabriel en Bellas Artes fue todo un suceso en mi casa; mi mamá y mi tía estaban encantadas, yo en ese momento no entendía muy bien la importancia de la toma del palacio por el pueblo, pero disfruté con ellas del concierto y ahora disfruto más el saber que sucedió.

Por allá del 2006 Gabriel, nuestro socio, nos regaló al Humberto y a mi cuatro boletos de primera fila en el palenque de Tijuana para verlo y llevamos a su mamá y a mi tía. Una noche increíble, estábamos a escasos 3 metros y mi tía como adolescente le gritaba Amor!, Te amo! Juan Gabriel sonreía y el Humberto y yo destapábamos otro bote satisfechos de poderles dar esa alegría. En el escenario Juan Gabriel era un monstruo, cantaba una tras otra, haciendo al público su cómplice, al mariachi bailar y al escenario suyo. Era el puto amo.

Por supuesto que me eché unos tequilas la noche que falleció, ¿qué otra cosa podía hacer?





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